Dulce canto y amargo grito

En la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación

Expresión utilizada por el papa Francisco en la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación y que muestra el contraste entre el dulce canto de la Creación que nos invita a practicar una «espiritualidad ecológica» atenta a la presencia de Dios en el mundo natural, y –a la vez– como esta dulce canción viene acompañada desgraciadamente de un amargo grito, o por un coro de clamores amargos provenientes de la madre tierra. Por una parte, vivimos la invitación a fundamentar nuestra espiritualidad en la amorosa conciencia de no estar desconectados de las demás criaturas, de formar con todos los seres del universo una preciosa comunión universal (cf. Laudato si´ 220). Y, por la otra, escuchar el gemido de la madre tierra debido a nuestros excesos consumistas y su súplica para que detengamos los abusos y su destrucción.

Son, de hecho, todas las criaturas que claman –dice el papa Francisco. En las antípodas de la centralidad de Cristo en la obra de la Creación, innumerables especies se extinguen, interrumpiendo por siempre sus himnos de alabanza a Dios. Pero también son los más pobres entre nosotros los que gritan. Expuestos a la crisis climática, los pobres son los que más sufren el impacto de las sequías, las inundaciones, los huracanes y las olas de calor, que siguen siendo cada vez más intensas y frecuentes.

Es importante, pues, que, ante esta situación descrita y los gritos que aparecen, queramos acoger la petición que nos hace al arrepentimiento, a cambiar los estilos de vida y los sistemas perjudiciales. Desde el principio –dice– la llamada evangélica «Convertíos, que está cerca el Reino de los cielos» (Mt 3, 2), invitando a una nueva relación con Dios, implica también una relación diferente con los demás y con la creación. El estado de degradación de la casa común merece la misma atención que los otros retos globales, como las graves crisis sanitarias y los conflictos bélicos.

Como el propio papa Francisco dice en la carta encíclica Laudato si´, «vivir la vocación de ser protectores de la obra de Dios es parte esencial de una existencia virtuosa, no consiste en algo opcional ni en un aspecto secundario de la experiencia cristiana” (217). Estamos, por tanto, ante un reto al que debemos responder con nuestro comportamiento personal y comunitario que hará falta seguir profundizando, ya que como personas de fe sentimos la responsabilidad de actuar en consonancia con la necesidad de conversión. Trabajémoslo y comentémoslo en nuestras comunidades, llevémoslo a la oración y seamos valientes y solidarios en las decisiones.

Sants del dia

26/04/2024Sant Isidor de Sevilla, sant Clet papa, sant Pascasi Radbert.

Campanyes