Como cada año, el 31 de octubre la iglesia del Colegio de Montesión acogió la celebración de la fiesta del que fue su portero durante 46 años.
La familia ignaciana de Mallorca, devotos del santo, religiosas de diversas congregaciones participaron en la Eucaristía que presidió el obispo de Mallorca. En su homilía, Mons. Sebastià Taltavull comentó que “celebrar la fiesta de Todos los Santos, y en la misma la fiesta de uno de ellos, san Alonso Rodríguez, en conmemoración de su muerte, nos abre a la contemplación de la presencia y de la acción de Dios en las personas, en cada uno de nosotros”. El obispo también destacó la “humildad del hermano Alonso que transformó en acogida, bondad, buen trato. En cada cual que entraba por la puerta veía a Jesucristo”. Terminó su homilía Mons. Taltavull afirmando que “la santidad de san Alonso, la había encarnado en su vida desde el principio con su oración. En ella encuentra la valentía y la disponibilidad en el servicio, tal como decía él mismo: “Ya voy, Señor”.
“Que la memoria de San Alonso Rodríguez reavive en nosotros los deseos de una vida contemplativa en el servicio apostólico, discernida y alimentada en la comunidad de los amigos en el Señor llamados a esta mínima Compañía de Jesús”, tal como afirmaba el P. Arturo Sosa, prepósito general, en su carta con motivo del IV Centenario de San Alonso Rodríguez.