17º DOMINGO ORDINARIO (B)
Entremos en la órbita de fe propia de este evangelista para captar las intenciones que tan sutilmente insinúa. La escena se sitúa a la máxima distancia del centro del Judaísmo, Jerusalén, en la misma frontera con el mundo de los gentiles y ante la máxima fiesta tanto judía como cristiana, la Pascua. La Resurrección de Jesús nos envía al mundo.
Jesús va a actuar como quien enseña con autoridad,” subió a la montaña y se sentó allí con sus discípulos… levantó los ojos”… Jesús va a hablar con toda la densidad de los símbolos, tal como los entiende este evangelista: una realidad que se abre, revela su profundidad y nos adentra en el misterio de Dios. (Juan no habla de “milagros”, sino de “signos o símbolos”).
Juan nos presenta a Jesús ante el mundo hambriento, ¿sólo de pan?, también de una solución más profunda que la que calma un estómago vacío. Ningún profeta dispuso antes de tanta abundancia para calmar el hambre. Ni Eliseo que dio de comer a cien personas con veinte panes. 2 Reyes, 42-44. ¿Por qué pues Juan dice que con cinco panes sació Jesús a más de cinco mil y sobraron aún doce canastos? Porque Juan ve en este hecho la divinidad de Jesús y la proclama con números contrastados.
“Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió”
Jesús acoge la pobre ofrenda del niño, y él, (no sus discípulos como en Marcos 6,41), re-parte el pan, como “partirá” el pan en su Última Cena.
La acción de gracias previa, el gesto anticipado de la “fracción del pan” y la centralidad de Jesús, son detalles que emparejan este episodio con la Ultima Cena. En este mismo capítulo de Juan 6, 51, Jesús resucitado (Juan siempre habla de Jesús resucitado) nos dice: “El pan que yo doy para la vida del mundo es mi carne”. ¡Admirable misterio! En la Eucaristía Jesús resucitado nos da a comer su carne glorificada, su persona, su vida.
¿Es posible un don tan extraordinario? Siempre que lo comamos con hambre. El hambre aquí se llama fe, búsqueda de sentido, de luz, de paz, de fuerza, hambre de Dios. ¿Cuándo celebraremos la Eucaristía como lo que es?
Llorenç Tous