NAVIDAD 2015
“No temáis, os traigo la buena noticia, la gran alegría”
Esta noche a todos nos envuelve un clima de ternura familiar, infantil y festivo. Recuerdos y añoranzas se enlazan con tradiciones y nombres. En este contexto escuchamos esta noche la Buena Noticia de los ángeles que nos levanta la mirada y la esperanza: “Os ha nacido un Salvador”.
“Entrañas” sería una palabra útil a la hora de expresar teología, misterio y sentimientos. Entrañas de Madre que nos ofrece a Jesús. Entrañas del Padre del cielo que nos le ha enviado en son de paz, de perdón, de luz y de amor entrañable. Entrañas heridas mortalmente o sedientas de sentido, de paz y de justicia.
“Dios con nosotros” se nos hace entrañable y familiar esta noche. Nos desmantela con su sorpresa: “no hay sitio para Él en la posada”. Poco más ha cambiado su suerte a lo largo del tiempo.”Vino a los suyos y los suyos no le acogieron”. Cuesta aceptar esta realidad, no porque nos falte información, sino precisamente porque la tenemos, es un misterio de ”Dios con nosotros”.
La humildad nos permite entrar en su estilo: “un niño envuelto en pañales”, para que se nos despierte esta noche la ternura como la de María y la de todas las madres. Su pobreza extrema, su soledad en el pesebre, su lejanía extramuros, todo era impensable, menos para los pastores; así fue siempre su vida, lejos de lo normal, sin ritmo previsible, en la noche, por eso fueron los primeros en saberlo y corrieron a verle.
Dios siempre sorprende, sus planes apuntan en otra dirección no prevista; sólo los ángeles se encargan de orientarnos según su voluntad. Por suerte siguen los ángeles entre nosotros que son escuchados por los humildes. ¿Sabremos esta noche juntarnos con ellos? Tal vez necesitaremos cambiar un poco nuestro rumbo. Los pastores y los pobres como ellos nos indicaran el camino que conduce a Jesús, a la paz, a la alegría, a la solidaridad, al amor.
Noche ésta que nos une en toda la tierra con todos los hombres y mujeres de buena voluntad; con todos los niños, especialmente los tristes, los huérfanos, los enfermos; con todas las madres, las jóvenes y las ancianas. San José encabeza una larga lista de padres responsables de su familia, sobre todo los que no pueden llevarla adelante por falta de trabajo o porque murieron en el intento.