La iglesia de Nuestra Señora del Socorro de Palma y la comunidad agustiniana están de enhorabuena, al finalizarse la restauración de la capilla del Sant Crist de sa Gerreria.
La comunidad agustiniana puso este trabajo en manos de Es Taller, taller de restauración que dirige Montserrat Dezcallar Sitjar. Ella y Elena Saiz Santamaría han sido quienes han llevado a cabo la restauración de toda la capilla.
La imagen del Cristo de los alfareros estaba en muy mal estado, por una mala intervención en una restauración anterior y por el uso de los feligreses. Fray Jesús Miguel Benítez, OSA, rector de la iglesia, explicaba la restauración con estas palabras: «la imagen del Cristo estuvo unos meses en el taller y se ha llevado a cabo una restauración plena de la imagen. Se han decapado totalmente todas las pinturas y se ha encontrado la encarnación original».
Se ha restaurado también una pintura que está detrás de la imagen del Cristo que representa a la Virgen y a San Juan. También se ha colocado una lápida de piedra que recoge la memoria de los beatos agustinos que fueron profesores en el colegio, frailes de la comunidad agustina de El Escorial martirizados y que fueron beatificados en el año 2007.
La imagen del Sant Crist de sa Gerreria
Esta bella imagen del Crucificado es obra anónima del siglo XVII de algún taller palmesano de escultura. Recibió culto en una ermita urbana que existía en la misma calle del Socors, concentrando la mejor devoción del gremio de los alfareros que poblaban el barrio, siendo su imagen titular. Su fiesta se celebraba y celebra el domingo de la Santísima Trinidad, engalanándose el barrio de sa Gerreria.
Por tradición oral sabemos que las alfarerías del barrio, por devoción al Santísimo Cristo, paraban el trabajo a las siete de la tarde y rezaban un padrenuestro por las ánimas benditas y las necesidades de sus familias y negocios.
Después de siglos de pacífica devoción en su capilla, en el siglo XIX, tras la desamortización de Mendizábal, la imagen fue incautada por las autoridades. Los fieles devotos no se resignaron a perder a su Sant Crist y un maestro alfarero de nombre Casasnovas, secundado por el antiguo gremio de alfareros y numerosos fieles del barrio, recuperaron la imagen de las manos de las autoridades, depositándola para su culto y devoción en la iglesia del Socorro, en el mismo lugar donde hoy se visita.