Tenemos a Jesús entre nosotros y, sin embargo, ¿le conocemos?

Comienza a ser frecuente el comentario de que hay muchos bautizados, pero son pocos los iniciados en la vida cristiana. Una cuenta de resultados no muy alentadora y que seguramente tiene que ver con la afirmación del Precursor de Jesús cuando dice que no le conocemos, aunque ya está entre nosotros. ¿Lo creemos así? Demos el paso de ir hacia Él. «Al que arriesga, el Señor no lo defrauda, y cuando alguien da un pequeño paso hacia Jesús, descubre que Él ya esperaba su llegada con los brazos abiertos» (Francisco, EG 3). La iniciación cristiana tiene como objetivo el encuentro con Jesucristo; pero no debe ser un encuentro casual, forzado, edulcorado o condicionado por cualquier presión social. El verdadero encuentro con Cristo alcanza a toda la persona, da un nuevo horizonte a la vida y una dimensión plena, definitiva. Muy pronto celebraremos que nació, pero, sobre todo, que ya vive entre nosotros.

Una vez más recibimos la invitación de hacer del tiempo de Adviento, tan cercano ya a la fiesta de Navidad. Escuchémosla bien, con el corazón abierto: «Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso. No hay razón para que alguien piense que esta invitación no es para él, porque nadie queda excluido de la alegría reportada por el Señor» (íbid.). Precisamente lo escuchamos este domingo III de Adviento en la Palabra de Dios con estas palabras cargadas de ánimo y esperanza, a pesar de las situaciones globales de conflicto que nos toca vivir: «Hermanos, estad siempre alegres, sed constantes en orar, en toda ocasión tened la acción de gracias» (1Tes 5,16).

Es posible que, para muchos, el acontecimiento del bautismo no haya significado mucho, o nada, sea por la edad en que se recibe sin contar con una adecuada iniciación cristiana, especialmente por parte de la familia, sea por una falta de interés personal que ha conducido a la indiferencia. Esta situación se encuentra muy extendida en ambientes tradicionalmente cristianos, y reclama que nos pongamos en estado y actitud de misión mediante un catecumenado que ofrezca la posibilidad de la iniciación cristiana y, al mismo tiempo, reinicie en la fe a los que se han alejado de ella, favoreciendo con todos los medios la integración consciente y responsable en la comunidad de la Iglesia. Por tanto, para conocer más y mejor al que está entre nosotros y no conocemos, es necesario el encuentro con Cristo y contar con la vida de fraternidad como elementos fundamentales para ser cristiano y vivir como tal.

No obstante, somos conscientes de que el seguimiento de Jesús es constantemente puesto a prueba. Son muchos los retos que plantean nuevos problemas a los que hemos de responder desde la fe. Por tanto, ¿qué nueva propuesta podemos presentar a los hombres y mujeres de hoy, con un acento especial a los jóvenes y ambientes alejados? ¿Qué espiritualidad puede ayudar a tantas personas a recuperar la esperanza? ¿Con qué acción misionera podemos dar a conocer a Jesucristo y su Evangelio? ¿Qué hacer para ayudar a abrir los corazones a la confianza y a las dimensiones del Dios-Amor, como fuerza interior que lleve a reiniciar un proceso de fe? Solo desde el conocimiento es posible el enamoramiento. Que, conociendo más a Jesús, lo amemos más y nos amemos los unos a los otros tal y como Él nos ama. ¡Este es el secreto!

Sants del dia

18/05/2024Sant Joan I papa, sant Fèlix de Cantalicio, sant Eric IX de Suècia.

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