Invitados a la sobriedad, sinceridad y limpieza de corazón

En medio de la crisis económica y social de la que cada día se habla, no debería ser extraño poder escuchar otras voces que proponen soluciones que provienen de valores que nuestra sociedad consumista ha ido marginando o suprimiendo. Es cierto que cuando hay una emergencia sabemos responder con rapidez y aparece la dimensión humanitaria que trata de paliar lo que nos ha venido de repente. Pero, es bueno que lo tratemos con ojos de normalidad, cuando las actuaciones también han de ser rápidas porque nuevos problemas han surgido debido a la aparición de nuevas pobrezas.

 

La persistencia en dar frutos de conversión constituye uno de los gritos más insistentes en medio de un desierto que invita a la sobriedad, a la sinceridad, a la limpieza de corazón, para abrir nuevos caminos. Las propuestas que nos llegan de la Palabra de Dios pueden parecer de difícil cumplimiento y, no nos engañemos, lo son. Para aquellos que se han dejado absorber por la ambición consumista, no es nada fácil ni ofrece, de entrada, un atractivo especial cambiar los esquemas de vida; más bien la resistencia es lo que más abunda, y una retirada silenciosa hacia la indiferencia acostumbra a ser para muchos la salida más frecuente.

 

Estamos, sin embargo, ante una llamada original a cambiar de actitud que proviene de una persona íntegra, apasionada por el mensaje que predica, entregada en cuerpo y alma a una provocación sin precedentes. Una persona enamorada de Dios y muy consciente del lugar que Él ocupa en su vida. Lo que comunica es una propuesta de libertad, convicción que anima la actitud de vela de una comunidad orante que está atenta a su Señor y que nos abre a la solidaridad humana porque considera a los otros como su presencia visible: «Todo lo que hicisteis a cada uno de estos hermanos míos, a mí me lo hicisteis» (Mt 25,40).

 

Somos invitados, pues, a salir del vacío en el que vivimos y a abandonar los baches del desánimo y la desconfianza. Ambiciones, autosuficiencias y arrogancias: no solo debemos rebajarlas, sino eliminarlas; abandonar las ambigüedades que desconciertan y las incoherencias que oscurecen el testimonio: nivelar las escandalosas desigualdades con la justicia y vencer la corrupción económica y política con la limpieza del corazón y el ejercicio de la caridad. Este es el programa que puede hacer posible que muchos vean la salvación de Dios.

Sants del dia

18/04/2024Sant Perfecte, sant Galdí, sant Hermògenes.

Campanyes