Inteligencia artificial y paz

Este es el título del mensaje que el papa Francisco ha hecho público para la celebración de la 57 Jornada Mundial de la Paz del primer día del nuevo año 2024. Un tema de máxima actualidad y que repercute en las múltiples actividades siempre al servicio de la dignidad de la persona. Esta dignidad humana ya la reconoce la Biblia en el libro del Éxodo cuando dice que Dios ha dado al hombre su Espíritu para que tenga «talento, inteligencia y conocimientos, y sea un experto en toda clase de trabajos» (Ex 35,31). Por ello, dice el papa Francisco que «la inteligencia es expresión de la dignidad que nos ha dado el Creador al hacernos a su imagen y semejanza» (cf. Gn 1,26).

La reflexión comienza con unas preguntas: ¿Cuáles serán las consecuencias, a medio y a largo plazo, de las nuevas tecnologías digitales? ¿Y qué impacto tendrán sobre la vida de los individuos y de la sociedad, sobre la estabilidad internacional y sobre la paz? Recientemente, los Estados ya han empezado a profundizar en los aspectos jurídicos que han de regular su uso, y lo hacen por su repercusión en las personas y las sociedades.

Refiriéndose a la inteligencia artificial y su aportación a la paz, debemos preguntarnos si somos capaces de actuar de forma responsable y respetar los valores humanos fundamentales como la inclusión, la transparencia, la seguridad, la equidad, la privacidad y la responsabilidad. Conviene constatar que «la libertad y la convivencia pacífica están amenazadas cuando los seres humanos ceden a la tentación del egoísmo, del interés personal, del afán de lucro y de la sed de poder. Tenemos por ello el deber de ensanchar la mirada y de orientar la búsqueda técnico-científica hacia la consecución de la paz y del bien común». Destaca la importancia de la inteligencia artificial y los desafíos que plantea, que no solo son técnicos, sino también antropológicos, educativos, sociales y políticos.

Con todo, ante tanto avance tecnológico, existe un sentido del límite. Si de una parte aumenta el perfeccionamiento a diferentes niveles, de otra, existe el riesgo de querer controlarlo todo, de perder el control de uno mismo y, en la búsqueda de una libertad absoluta, caer en la espiral de una dictadura tecnológica. Siempre está el peligro de padecer el peso de un control indefinido, tanto para la persona individual como para las relaciones sociales y, sobre todo, laborales.

Por lo que respecta a la relación con la paz, el papa Francisco, contemplando el mundo que nos rodea, no elude las graves cuestiones éticas vinculadas al sector de los armamentos. Dice que «el uso bélico de la inteligencia artificial, es un gran motivo de preocupación ética […] Si la inteligencia artificial fuese utilizada para promover el desarrollo humano integral, podría introducir importantes innovaciones en la agricultura, la educación y la cultura, un mejoramiento del nivel de vida de enteras naciones y pueblos». Además, manifiesta el deseo de que la inteligencia artificial contribuya a la causa de la fraternidad humana y de la paz y ruega porque el desarrollo de formas de inteligencia artificial no aumente las ya numerosas desigualdades e injusticias presentes en el mundo, sino que ayude a poner fin a las guerras y a los conflictos, y a aligerar tantas formas de sufrimiento que afectan a la familia humana. Todo, por un mundo solidario, justo y pacífico.

Sants del dia

18/05/2024Sant Joan I papa, sant Fèlix de Cantalicio, sant Eric IX de Suècia.

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