A pesar de la lluviosa tarde del día de S. Martín, se presentó en sociedad el libro El Santo Cristo del Calvario. Pandemia Covid-19. Xavier Bonet, director regional de Cope Baleares, presentó al autor, Manuel Redondo, destacando varias facetas. Era el orgullo de sus padres, orgullo recíproco, pues siempre nos habla de sus padres María y José con ternura y los cuidó hasta el último aliento de su vida; segunda, es un enamorado de su Granada y de su pueblo natal, Algarinejo. Tercero, decidió ser sacerdote por encima de todo y quiere seguir sirviendo en el sacerdocio, al que califica como «profesión de riesgo». Habló de sus títulos académicos y de su empeño en hacer la tesis doctoral sobre el Beato Ramón Llull; resaltó su labor como párroco de Santa Margarita, en los últimos diez años y medio.
La presentación del libro la hizo el lulista Dr. D. José María Sevilla Marcos. Resaltó las dos ideas centrales del libro, al conjugar la Cruz Salvadora de Nuestro Señor Jesús, que nos trae la vida eterna, con la muerte, sangre, dolor y desesperanza, que nos tienen aún atenazados, en esas consecuencias tremendas de tantas vidas rotas por el virus. Se ha desatado una crisis psicológica mundial en todos los que han perdido el trabajo y su economía; por las relaciones sociales y familiares resentidas, en definitiva, tenemos una sociedad herida. Destacó cómo el libro es ameno; tiene muchas ilustraciones, con los mensajes que el autor mandó a sus feligreses y allegados, con las fotos hechas en la primavera de 2020, como muestra de que la vida continuaba y de que esa naturaleza era reflejo del Jesús muerto y resucitado. No es la muerte la que vence, en la pandemia, sino que la vida de Jesucristo es más fuerte que la muerte. El libro refleja la labor de tanta gente que ha dado lo mejor de sí: sanitarios, transportistas, comerciantes, Fuerzas Armadas y los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y toda la población, en general. El autor, en los meses más duros de la pandemia, estuvo todos los días en el cuartel y celebró la Misa sin los fieles, pero los tuvo presentes todos los días.
Mons. Sebastià Taltavull resaltó, en su intervención, cómo el libro expresa la vivencia de que la cruz de Cristo es salvadora y, por eso, el autor ilumina la obscuridad de la muerte con la luz del resucitado. De las palabras de Jesús en la cruz, nos dijo, brota ese «Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado?» para que toda persona que pase por esa situación de dolor y desesperanza, se vea reflejada en ese patíbulo salvador que es la Cruz redentora de Jesús. También salió de sus labios el «Perdónalos porque no saben lo que hacen» y la canonización más rápida de la historia cristiana, al decirle al buen ladrón: «Hoy estarás conmigo en el paraíso». Dio las gracias al páter Manuel por esta vivencia de fe y esperanza, al igual que por querer transmitirla.
El autor pretendió que la presentación fuera una experiencia de fe, al contemplar la hermosa arquitectura gótica del templo, al disfrutar de algunos poemas recitados y de la música de la comunidad greco-católica, con el canto del P. Ionica y María, su esposa, además de las melodías bizantinas interpretadas por Elena y su hijo Víctor, de la parroquia ortodoxa de la Encarnación. Terminó la parte musical, con una emotiva intervención del P. Nicolae y de Ciprian, de la parroquia ortodoxa rumana de Palma, con una preciosa oración cantada por todos los difuntos.
El Comandante General de Baleares, D. Fernando García Blázquez, dio las gracias al autor, destacando y agradeciendo su entrega, durante tantos años, en el Arzobispado Castrense y resaltó cómo el libro es fruto de una vivencia de fe durante generaciones, que quiere transmitir hoy a los demás.
El autor, que dio las gracias a todos los asistentes, resaltó que su libro es un canto a la vida y a la esperanza, a pesar del dolor causado por esta terrible pandemia. Es un testimonio vivo de la fe de sus padres, de sus paisanos y de aquellos con los que ha compartido su fe, sirviendo durante casi 42 años a los fieles de las Fuerzas Armadas, Guardia Civil y Policía Nacional. Dio gracias a Dios por sus 45 años de sacerdocio. Para terminar, el Obispo rezó un responso por todos los muertos causados por la Covid-19.