EPIFANÍA 2015
“Le ofrecieron regalos: oro”
¡Qué oportuno, pensó José, nos viene este oro! Podremos pagar el alquiler y otros gastos. Aunque tan pobres no eran. José en Nazaret tenía trabajo, porque sus manos eran diestras en varios oficios, pero ahora estaban de paso en Belén – allí imagina Mateo la escena- y habían dejado la cueva de urgencia para seguir bajo un techo normal.
La piedad y el arte han idealizado el encuentro siguiendo el modelo de una corte medieval. Nada más lejos de la sagrada familia de Nazaret. Su dignidad pertenece a otro nivel que sólo la fe nos descubre. La religiosidad popular necesita educar partiendo de la recta interpretación de los evangelios.
“Cayendo de rodillas lo adoraron”
A esta actitud debe llegar el creyente ante el Misterio. La razón nos ayuda hasta cierto punto, también la voluntad disciplinada por la caridad y la misericordia como brújula para la fe. Pero la madurez llega más adelante, cuando nos rendimos amorosamente ante el amor de Dios; lo palpamos en cada uno de nosotros, en la Iglesia, en el mundo y hasta en la creación.
La coherencia de vida es siempre el aval de que avanzamos hacia el encuentro con el Señor. La adoración que pone a Dios como valor supremo y referente universal, nos centra en el horizonte del Reino de Dios. El mundo necesita como testigos de El a los que le “adoran en espíritu y en verdad”. Donde no se conozcan estos adoradores, el mundo seguirá idolatrando el dinero con todas sus consecuencias de injusticia, dolor y muerte.
“Hemos visto salir su estrella”
La estrella brilla para todos y a todos puede conducir hasta la meta del encuentro con Dios Padre. Nadie queda al margen del proyecto de Dios que nos creó para ser felices y participar de su amor. La base de este plan está dentro de cada uno, porque para cada uno es diferente el camino. Hay que mirar al cielo para ver la estrella, o sea el interior de uno mismo donde está la huella viva de Dios. Hay que ponerse en camino, vencer obstáculos y distancias, seguir buscando en la noche, fiarse y seguir. Dios nos acompaña con absoluta fidelidad, conoce nuestro barro y lo trabaja con arte.
Llorenç Tous